Carta a Vera

“Esta ha sido la carta más difícil de escribir en toda mi vida.

He escrito muchas cartas. A novias, ex-novias, amigos de toda la vida, abuelos y también le he escrito una carta a mis padres cuando me fui a vivir a otro país. Cuando partí desde Buenos Aires a Bogotá, en el último segundo antes de despedirme, les dejé una carta a cada uno. Sin embargo, esta carta ha sido más difícil y complicada de escribir.

¿Por qué? No sé, debe ser difícil explicar todo lo que siento por ti. Es raro porque jamás tuve a alguien como tú. Jamás amé a alguien como te amo ahora y jamás pensé que podría amar como te amo a ti. No imaginaba la vida con alguien como tú, pero ahora no imagino la vida sin ti.

Es la carta más difícil de escribir porque es muy complicado explicar lo que siento cuando despierto y estás apoyada en mi hombro. Verte a los ojos, intercambiar miradas y saber que nos entendemos. No pregunten cómo, pero nosotros sabemos que nos entendemos mutuamente. ¿O no, corazón?

Es complicado explicar lo que siento cuando salgo a trabajar y te quedas en la puerta mirando, con tus pepas hermosas y sin entender por qué me voy. Es difícil explicar que bajo por el ascensor con los ojos llorosos, dolido de dejarte y de estar separados por unas horas.

Es muy, pero muy, complicado explicar que no estoy loco cuando hablamos entre nosotros, nos contamos cosas y nos divertimos juntos. Puedo sonar loco pero nuestras conversaciones son lo más hermoso de cada día.

Es difícil explicar que desde que te conozco el mejor día de todos es el domingo porque tenemos la suerte de estar todo el día juntos. No hay trabajo, no hay obligaciones y el domingo existe solo para vernos juntos.

Es casi imposible explicar que tú solita, con tus pocos centímetros me enseñaste muchas cosas. Me enseñaste a ser padre y a cuidar a alguien con todo mi amor. Eso no se aprende en cualquier lado y tú me diste una lección avanzada de amor y dedicación que me cambió para siempre.

No sé cuanto tiempo estemos juntos en esta vida. Lo desconozco en lo más mínimo. Pero te prometo, con todo mi corazón, que cada minuto que yo esté aquí estaré pensando en ti. En tu sonrisa, en tus ojos, en tus besos y en tus caricias. Cada minuto que nos toque compartir juntos estaré velando por tu bienestar y felicidad, y jamás dejaré que nada malo te pase.

Fue muy difícil escribir esta carta. Pero es muy fácil amarte y quererte con locura. Como ya te dije una vez, yo creo que lo nuestro fue amor a primera vista y lo que más quiero en este mundo es que nunca quites tus hermosa mirada, tus hermosos ojos, de los míos.

Te ama,

Pablo.”