Carta a Pacha

“Querida Pacha:

No sé cuál es tu nombre real ni cuántos años tienes exactamente, pero desde que nos encontraste  hemos tratado de ofrecerte una familia y una vida digna lejos del abuso humano. Hemos pasado un año duro por la enfermedad que tus antiguos amos y abusadores no quisieron tratar. Prefirieron dejarte a tu suerte en la calle cuando tu vientre envejeció y dejó de ser negocio para ellos. ¿Quién creería que tu mayor problema fuera tu raza?  Pero esta no es una carta para recordar malos momentos, sino una carta para celebrar la vida nueva. Para celebrar tus encuentros con las pelotas que tanto te gustan. Para recordar las caminatas y los paseos a la casa de los abuelos. Para entender que tu olor no es molesto y que cuando mamá no está, hacemos siesta y desordenamos la cama. Que no nos podemos negar a nada cada vez q nos miras con insistencia con tu carita triste, que no importa que tu mamá se tomara dos horas para elegir tu nueva cama color rosado y que tú destrozaste en solo cinco minutos y hoy tu cama es historia como tu antiguo estilo de vida. Que tu hermana Avril, la gata de la casa, no te soporte y que a ti parece no importarte hasta que se meten con tu platico de comida. Hemos aprendido a convivir así y no creo q la relación mejore a largo plazo .

Todos los días luchamos juntos. Unos son muy buenos y felices otros son no tan buenos. Tenemos la intención de hacer de tu vida mas feliz así como trajiste felicidad a nuestra casa. Ojalá la vida nos alcance para que compartas con tu hermano humano que está por venir y con el mejor ser humano que conozco: mi amada esposa. Te amamos, Pacha”.

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